Por imperativo moral, el PP no puede votar lo mismo que Bildu
El PP no puede, en ningún caso, votar lo mismo que Bildu. La execrable actitud del portavoz proetarra, Oskar Matute, calificando de utilización partidista la intervención de Santiago Abascal en la que leyó los nombres de todos los asesinados por ETA, obliga a Pablo Casado, por imperativo moral, a no votar contra la moción de censura, más aún después de que el PSOE y Podemos unieran sus fuerzas con los herederos de ETA y los golpistas de ERC en un manifiesto contra la derecha y a favor -manda narices- de los «derechos humanos». Bildu abogando por el respeto de los derechos humanos es un oxímoron político, una aberrante demostración de hipocresía. El cinismo de las hienas.
Es comprensible que el PP no se sume a la moción de censura de Vox, pero de ahí a que la rechace sumando su voto al de la coalición socialcomunista de Gobierno, independentistas y proetarras hay un punto medio: la abstención. Puede, perfectamente, cuestionar la estrategia de Vox y no sumarse a la moción, pero en ningún caso, en las actuales circunstancias, puede sumar su «no» al del Ejecutivo y los enemigos de España. Puede argumentar, y no le faltaría la razón, que la moción de Vox no buscaba debilitar al Gobierno, sino al PP, situándole en una encrucijada de la que, por cierto, los populares no han sabido salir. En suma, puede justificar su abstención con el argumento, incluso, de que la moción de Vox refuerza al Gobierno y sus socios, pero sería difícil de entender que el Partido Popular votara lo mismo que Bildu, por mucho que las motivaciones para el «no» fueran radicalmente distintas.
Llegados a este punto, el PP -que está tardado un mundo en salir de un atolladero previsible- tiene que ser consciente de que la abstención es la vía más útil dadas las circunstancias. Porque la imagen de Pablo Casado y los diputados populares votando «no» junto al Gobierno de Sánchez y sus aliados sería, sencillamente, letal.